Buenas!!
Ya estamos de vuelta!!!! Y para dar una gran noticia. El Zamora CF, seguirá estando un año mas en Segunda B y esperemos que la próxima temporada esté donde ha estado últimamente, luchando por la promoción de ascenso y no eludiendo el descenso.
Os dejo la noticia de La Opinión de Zamora:
P. ANTÚNEZ Liceranzu hizo el milagro: El Zamora logró eludir el descenso y hasta la promoción para acabar en el puesto 14ª.
Fue necesario derrotar en la última jornada al flamante campeón del Grupo I, la S. D. Ponferradina, en un partido que no pasarán, ni mucho menos, a la historia por el buen juego que unos y otros pusieron sobre el campo y sí porque Zamora y Ponferradina actuaron como buenos vecinos, como excelentes compañeros y como mejores amigos, como amigos para siempre.
A la última jornada se había llegado con casi todo el «pescado» vendido tanto por arriba como por abajo, aunque había equipos a los que todavía les tocaba sufrir en los últimos noventa minutos ligueros y entre ellos estaba un Zamora que pudo dejar las cosas tal y como estaban en la zona baja de la tabla en la que el Sestao acompañará al Ferrol, Izarra y Compostela a Tercera División y el Guijuelo jugará la promoción; por arriba, a la Ponferradina, Eibar y Palencia se les unió ayer un Pontevedra que sacó de la fase de ascenso al Alavés al vencer por 0-1 en «Mendizorroza».
Quizá ésta fuese la única sorpresa de una jornada en la que el Zamora cerró una temporada que tendrá su punto y seguido fuera de los terrenos de juego cuando el actual presidente, José María Casas, convoque elecciones, algo que ocurrirá en este mismo mes una vez que el club haya rendido cuentas ante sus socios en la asamblea. Ahora, todos se empiezan a preguntar si Casas se presentará por quinta vez o habrá relevo.
De guante blanco, blanquísimo. Así fue la primera mitad en el «Ruta de la Plata» ante dos vecinos que se siempre o casi siempre se han llevado bien fuera y dentro del campo, y más después de lo visto ayer.
La Ponferradina llegó a Zamora sin nada que jugarse, pensando en lo que hoy le espera en el sorteo de la fase de ascenso y sobre todo con la mente puesta en esa primera eliminatoria que los de Ponferrada deberán de disputar los dos próximos domingos en busca de dar el salto a Segunda División.
Por su parte, los rojiblancos se jugaban toda la temporada, tenían que arreglar en noventa minutos el desaguisado que fueron preparando una jornada sí y otra también.
Acabar contra el flamante líder del Grupo I teniendo que sumar los tres puntos para lograr la permanencia sería para que cualquiera se pusiera a temblar, pero desde el primer minuto la Ponferradina dejó muy claro que al «Ruta de la Plata» no había saltado para ganarse un enemigo; los hombres de José Carlos Granero no dieron una mala patada y claro los de Íñigo Liceranzu, tampoco. No había que hacerse el más mínimo daño, unos tenían que llegar enteritos al «play-off» y otros tenían que brindar a su afición la permanencia en Segunda B durante una campaña más. José María Casas tenía que cerrar su cuarto y quizá último mandato con una permanencia, no se podía aspirar a más pero lo de eludir el descenso y la promoción ya era todo un triunfo después de ver cómo se había ido desarrollando una campaña más para el olvido que para otra cosa.
Félix Campo debió de vivir el primer tiempo más plácido desde su llegada al Zamora Club de Fútbol y es que el guardameta rojiblanco apenas tuvo que tocar el balón salvo en alguna que otra cesión de sus compañeros o en algún disparo tan desviado como flojo de Omar en el minuto 9. Fue la única vez que la Ponferradina miró hacia la portería local.
Ahora bien, el Zamora tenía que marcar al menos un gol para ganar el partido y no tener que mirar a lo que sucediese en el Guijuelo-Montañeros o en el Lugo-Sestao River para eludir toda clase de problemas.
Un disparo muy desviado de Curro y otro de Ferreiro que pegó en un defensa visitante fueron las dos primeras aproximaciones de los zamoranos al área berciana que a los veinticuatro minutos vio como los locales se adelantaban en el marcador en un centro de Agustín que nadie acertó a despejar para que Curro rematase por bajo al fondo de las mallas. Era el gol que, por el momento, valía una permanencia.
Mientras el Zamora se adelantaba en el «Ruta de la Plata» el Guijuelo hacía lo propio ante un Montañeros al que le acabó endosando un 2-0 en el primer tiempo. Éstas eran malas noticias para el Zamora, al igual que el Sestao River consiguió en el tiempo añadido de la primera mitad en el «Ángel Carro» de Lugo.
Los rivales directos de los rojiblancos también hacían sus deberes pero a los vascos no les valía y era los que se irían al pozo de la Tercera División si los marcadores en Guijuelo o en Zamora no variaban en los últimos cuarenta y cinco minutos de la temporada.
A pesar que en el «Ruta de la Plata» el partido parecía totalmente decidido para el Zamora, la verdad no era otra que un empate de la Ponferradina condenaría a los rojiblancos al Grupo VIII de la Tercera División.
Y el partido en su segunda entrega siguió por los mismos derroteros con dos equipos que sabían lo que tenían que hacer para que ninguno saliese dañado del lance.
Sólo faltó que desde la grada les hubiesen cantado a unos y a otros aquello que se suele oír por las gradas de algunos estadios en la última jornada: «¡Que se besen, que se besen!». Ni se besaron, ni se abrazaron sobre el campo durante los noventa minutos pero casi, casi.
Ni a Granero ni a Liceranzu se les debió alterar lo más mínimo el ritmo del corazón. No era cuestión de llevarse algún sobresalto.
Entre cambios de la Ponferradina y del Zamora fue transcurriendo una segunda mitad en la que Agustín sacó un córner muy corto al primer palo Trecarichi centró a las manos de Félix y Gallardo mandó a córner una internada en el área rojiblanca de Trecarichi. Paren ustedes de contar.
A los ochenta minutos y después de haber dado entrada en el campo a Edu Roldán y a Masini, Liceranzu hizo el tercer y último cambio para meter en el rectángulo a Txiki por un Iker Alegre que pudo jugar ayer sus últimos minutos con el Zamora Club de Fútbol después de cuatro temporadas como rojiblanco.
A Masini y a Txiki, recién incorporados, se les debió olvidar que al contrario no se le podía hacer ya más daño y protagonizaron dos jugadas de ataque que arrancaron algo los aplausos de una afición que también veía plácidamente el desarrollo del derbi.
Y hasta en el tiempo de descuento, Masini volvió a tener la gran ocasión del derbi pero el 9 repitió lo que tantas y tantas veces hizo a lo largo de las jornadas y que no fue otra cosa que fallar una ocasión clarísima en un mano a mano con el guardameta rival.
Con el pitido final todos respiraron tranquilos, unos más que otros y es que al Zamora le iba la vida en el derbi, un derbi en el que la Ponferradina vino con el freno de mano puesto y pensando en el sorteo en el que hoy conocerá al rival contra el que luchar por el ascenso.
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